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Un paso adelante en el tiempo

A LOS GILES DE SIEMPRE: EL GOBIERNO CONFIRMÓ QUE EL AGUINALDO PAGARÁ GANANCIAS

El gobierno nacional confirmó que no habrá modificaciones y que se aplicará el Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo.

«No hay ningún estudio ni evaluación al respecto», dijo el ministro de Producción Dante Sica, cuando fue consultado este martes (25/06), en una conferencia de prensa, si el gobierno pensaba eximir al menos al monto del aguinaldo del pago de ese impuesto.

Por si algún iluso piensa que el gobierno puede tener alguna gota de humanismo en su sangre, o que dejó de ser el gran mentiroso y falso prometedor durante la campaña, un alto funcionario nos reitera que continuarán con lo que viene sucediendo desde hace muchos años: los giles de siempre, trabajadores y jubilados, seguirán pagando religiosamente el impuesto a las ganancias sobre todos sus ingresos (además de tener que pagar obligatoriamente otros varios impuestos indirectos, que le quitan más de un tercio de lo que gastan cuando realizan consumos en el mercado).

Esto sucede mientras las grandes corporaciones y el capital financiero, que están saqueando nuestro país a costa del sacrificio de la gran mayoría y de la depredación insustentable de nuestros bienes comunes, casi no pagan impuestos por el saqueo. La gran mayoría no paga o paga un porcentaje ínfimo por sus ganancias, pero como se llevan todo el botín afuera del país, no gastan ni un centavo en otros impuestos internos. Por lo tanto, quienes financian el grueso del gasto público en la Argentina son los laburantes (autónomos y en relación de dependencia) y los ex laburantes de toda la vida (jubilados).

Lejos quedó la promesa de Mauricio el Sensible cuando en plena campaña en el 2015 aseguraba en sus spots televisivos que “los trabajadores no pagarán el impuesto a las ganancias”, porque el Estado no debe quedarse con el fruto de su trabajo. Hoy la cantidad de trabajadores y jubilados que abonan este tributo ha crecido notablemente. Así, por ejemplo, para este año se estima que los asalariados que paguen el tributo sean más de dos millones, cuando eran menos de 1 millón 200 mil los que estaban alcanzados al asumir Macri la presidencia en el 2015.

Este incremento no se debe a que los trabajadores argentinos ganan más, ya que en promedio han visto reducidos sus salarios en más del 20% desde diciembre de 2015 a la fecha. En realidad, ese aumento de aportantes se debe a las tramposas normativas de los índices de actualización de los mínimos no imponibles y las escalas diferenciales. Esa manipulación hace que a pesar de que los trabajadores y jubilados vean caer sus ingresos reales frente a la brutal inflación macrista, deben sufrir mayores descuentos por el impuesto a las ganancias. Basta con ver el ajuste del mínimo no imponible para este año, que fue del 28%, frente a la inflación sufrida en 2018 que superó el 47% (la cifra más alta de los últimos 27 años).

Eso significa que un ajuste nominal de los salarios inferior a la inflación pero superior al índice del 28% genera la magia negra de ganar menos y tener que pagar más impuesto a las ganancias.

Todo esto sin olvidar que este ninguneo de los que laburan no comenzó en el 2015, sino que es una herencia del gobierno anterior, aunque hoy agravada al extremo por la actual gestión. Y sin dejar de recordar que luego el nuevo Presidente eximió de pagar deudas tributarias a las grandes empresas distribuidoras de electricidad por casi 20 mil millones de pesos, además de buscar perdonar de manera fraudulenta una deuda del grupo Macri con el Estado por una suma aproximada de 70 mil millones de pesos.

En fin… Los sufridos mortales que no son propietarios o accionistas de las grandes corporaciones o banqueros chupasangres o fuertes inversores especulativos, verdaderos parásitos que se enriquecen sin trabajar y a veces sin siquiera poner un centavo propio, para luego fugar sus rentas extraordinarias al exterior, los sufridos mortales que por el contrario deben deslomarse todos los días para conseguir dignamente un sustento, son los que además deben mantener funcionando el Estado y hacerse cargo del grueso de la tributación en la Argentina.

Frente a la pasividad cómplice de gran parte de la dirigencia sindical, que permite que esto continúe mientras acumula más riquezas que muchos empresarios Pymes; frente a la presión del Fondo Monetario Internacional que busca una reforma tributaria que sea más regresiva que la ley vigente; frente a la obsecuencia de una partidocracia al servicio de los más poderosos y alejada de los intereses y las demandas de la mayoría de los argentinos, sólo queda un camino: resistir, reclamar, participar activamente, y no firmar cheques en blanco a ningún partido ni candidato.

Cambiar drásticamente esta realidad, hacer un sistema tributario más justo y progresivo, donde paguen más los que más ganan y más tienen, y donde los trabajadores y jubilados no deban pagar el impuesto a las ganancias, es una reivindicación que debe sostener la sociedad y deben reclamar los sectores mayoritarios, gane quien gane las elecciones. (analisisdigital)