Mario Marcilla, secretario de Asuntos Gremiales del Sindicato de Empleados de Comercio de Paraná, describió el panorama que se vive en los comercios locales donde las ventas han caído entre un 15 y un 25%, en todos los rubros. “Se avizora un panorama medio negro”, advirtió, porque “no se ve que en el corto o mediano plazo haya una mejoría”.
Desde el Sindicato de Empleados de Comercio de Paraná expresaron su preocupación por impacto de la recesión de la economía en la actividad comercial de la ciudad y el área metropolitana que, al menos por el momento, no presenta señales de mejoría.
“Hay negocios que comienzan a cerrarse, muchos de ellos de cuentapropistas, y si bien el cierre no es masivo en Paraná, vemos que hay lo cales que han cerrado no solamente en el radio céntrico, sino por todo Paraná, Colonia Avellaneda, San Benito y Oro Verde, y también vemos que hay negocios que han salido del radio céntrico”, dijo Mario Marcilla, el secretario de Asuntos Gremiales del Sindicato de Empleados de Comercio de Paraná, al brindar un panorama de la situación.
Hay comercios, observó, que “han salido del radio céntrico y se han ido a otras zonas –Avenida de las Américas, Miguel David, Zanni, Newbery, Almafuerte, Don Bosco–, porque los costos son muy grandes”. El alquiler de un local chico, agregó, no baja del millón de pesos, son “precios excesivamente altos”.
Caída de ventas
Marcilla, asimismo, se refirió a la caída de las ventas que, en general, se desplomaron “entre un 15 y un 25%” en el rubro indumentaria, y el fenómeno se repite, por ejemplo, en las carnes rojas, porque un kilo de carne vacua “promedia los 10.000 pesos”, añadió el sindicalista, aunque admitió que “creció un poquito” la comercialización de carne aviar y porcina.
“Ni una tableta de aspirina para calmar la angustia de las personas se puede comprar”, se quejó, y comentó que el fenómeno de las segundas y terceras marcas también se da en vestimenta, calzado, deportivo, zapatos y zapatillas. Estamos hablando de que no sabemos cómo vamos a hacer para sostener esta decadencia”.
“Estamos en un contexto del país que está muy delicado. Esto a nosotros nos trae malos recuerdos de épocas del ‘85 y de épocas del 2001, donde había una recesión tremenda, donde acá parece ser que la casta es el trabajador común, la pérdida de empleos es general, no solamente en el rubro comercio”, remarcó Marcilla.
Al panorama descripto, el gremialista sumó los aumentos mensuales de los combustibles y de las tarifas de los servicios que repercuten directamente en los costos de los productos.
La cuestión laboral
Marcilla, por otra parte, habló de la precarización laboral. “La necesidad, como bien dice el dicho, tiene cara de hereje. Entonces el trabajador, ante la adversidad de no llevar un plato de comida a su casa o quedarse sin trabajo, se ve obligado, a aceptar condiciones laborales y salariales para no perder todo. Y nosotros lo que no queremos son despidos, porque un trabajador despedido no es tan sencillo después de reubicar”.
“Así que se avizora un panorama medio negro, la verdad. No hay que alarmar a la gente por el solo hecho de alarmar, no hay que decir cosas que después uno se tiene que comer la lengua. Pero no se ve que en el corto o mediano plazo haya una mejoría. Y para la gente no es tan fácil aguantar el chirlo de pagar todos los días entre un 15 y un 20% de aumento en las cosas, y no es posible que cualquier comerciante pueda bancar a sus empleados sin vender”, cerró Marcilla.
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