La vicepresidenta reclamó recuperar el poder adquisitivo de los salarios, mantener la asistencia a empresas en crisis y prorrogar el DNU antidespidos. Y hasta exigió que se impida el cierre de la filial de una multinacional. A la oposición le reclamó “responsabilidad institucional”.
El acto de cierre de la campaña se convirtió en una oportunidad que la vicepresidenta y lideresa del Frente de Todos, Cristina Kirchner, aprovechó para marcarle el ritmo al gabinete nacional y poner sobre la mesa sus principales preocupaciones para salir de la crisis económica y social.
Ante la atenta escucha del presidente Alberto Fernández, en un discurso de una hora ante un millar de militantes -entre ellos, ministros, gobernadores y otros funcionarios-, la vicepresidenta puso sobre la mesa su recetario para propiciar una reactivación de la actividad y enhebró las pautas que pretende que se sigan, con premios y castigos para diferentes funcionarios.
Cristina criticó en duros términos a la oposición, en particular al expresidente Macri y la exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y les reclamó “responsabilidad institucional” para elevar el nivel del debate y abordar los temas urgentes.
Fernández de Kirchner reclamó recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores. “Hoy tenemos un retraso salarial importante, y no hay que tenerle miedo a las discusiones paritarias, porque Néstor las incentivaba y daba por decreto el aumento del salario mínimo por decreto”, blandió 24 horas después de que el Gobierno oficializara la convocatoria al Consejo del Salario, a fin de mes, para discutir una elevación de al menos 10 puntos del haber inferior.
Elípticamente, CFK apoyó la vigencia del DNU antidespidos, y demandó más asistencia estatal para los sectores cuya demanda agregada está deprimida, tras machacar con que “El Estado argentino puso mucha, pero mucha plata, a los empresarios, a los trabajadores y a todos los que no podían salir por la pandemia”, planteó. “Se viene la necesidad imperiosa de que este crecimiento, que se puede hacer porque impedimos con el ATP el telegrama de despido”, recordó, a la vez que rechazó el planteo del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de eliminar la indemnización por despido injustificado.
La titular del Senado también reclamó, públicamente, que el Presidente intervenga para impedir que la petroquímica Dow cierre su planta de elaboración de fenoles en las afueras de Rosario, que comunicó hace un mes a raíz de un cambio de su estrategia global de producción. “No debemos permitir, Alberto, que se cierre esa fábrica, porque es muy importante, y que pone en debilidad nuestra política industrial”, le demandó. El cierre de Dow ya había provocado roces abiertos con la compañía de capitales estadounidense.
La vicepresidenta también se refirió particularmente al Fondo Monetario Internacional, y pidió discutir cómo se va a repagar el préstamo stand-by que supera los u$s 50.000 millones, entre capital e intereses. “Cada dólar pagado al Fondo -avisó- será un dólar menos para pagar importaciones que nuestros empresarios necesitan para fabricar”.
CFK también se despachó contra el nivel de los debates, y aseguró que la chatura de la discusión política ha sido funcional a la oposición, porque “no pueden explicar sus ideas, ni nada”. Por momentos emotiva, por momentos jocosa, y con pasajes de furia -en especial, contra la Justicia- Fernández de Kirchner pidió que la oposición, los empresarios, los medios de comunicación y los sindicatos se comprometan con la discusión de los temas de fondo. (cronista)
