Cada vez peor: hay más de 40 mil puestos menos que en el mismo período del año pasado. Los empresarios, además, no piensan tomar mano de obra a la brevedad.
Los impactos de la actividad económica comenzaron a tener su correlato en el mercado de trabajo, lo que pudo verificarse en julio con una caída de la cantidad de asalariados del sector privado incluso por debajo del nivel que tenía en el mismo mes de 2015, informó hoy la Secretaría de Trabajo de la Nación.
La tendencia a la baja en la cantidad de asalariados registrados privados se mantiene firme desde abril pasado, pero en julio se registraron 6.211.563 trabajadores, aproximadamente 42.200 menos que el nivel que tenía en el séptimo mes de 2015. José Anchorena, el funcionario encargado de presentar los datos, respondió ante una pregunta de El Cronista que están “preocupados” por esta marca. “Ahora sí vemos los efectos de la turbulencia macroeconómica, sobre todo por la depreciación cambiaria y las altas tasas de interés”, analizó el funcionario.
La rama de la actividad que más aportó a la destrucción de 7300 puestos de trabajo privados en julio respecto de junio fue la industria manufacturera -que con la caída mensual de 4100 empleos ya supera los 87.000 puestos por debajo de diciembre de 2015- y la construcción, que expulsó 3500 trabajadores y dejó de impulsar las contrataciones privadas -como había sucedido en 2017-. Comercio y reparaciones, en tanto, también tuvieron en julio menos trabajadores registrados que en el mes previo -2200-.
El contrapeso a la destrucción del empleo privado lo está aportando la diversidad de ramas de servicios -entre Enseñanza, Servicios comunitarios y Electricidad, gas y agua aportaron 2600 contrataciones- y también algunos sectores ligados a las actividades extractivas, principalmente Agricultura -1600 empleos-. Además de haberse achicado el mercado de trabajo, los salarios tuvieron un mes con una fuerte caída.
En julio de este año, el sueldo promedio se ubicó en 30.642 pesos mensuales, un 6,1% por debajo del mismo mes de 2017. Además, la mitad de los trabajadores registrados tuvieron una remuneración bruta inferior a los 24.404 pesos mensuales. En lo que va de 2018, la caída en términos reales respecto del año pasado es del 1,5%. Frente a esta situación, la estrategia que manifestaron las autoridades nacionales es permitir una repartura de paritarias, aunque remarcaron que debe ser “sector por sector” y no detallaron un porcentaje de recomposición, porque aseguraron que depende de cada uno de los convenios y negociaciones particulares.
El pesimismo entre los empresarios volvió a pegar fuerte en las expectativas de creación de empleo, que registraron en agosto una intención casi nula de nuevas contrataciones (+0,3) y se desplomaron a niveles que no registraban hace nueve años, desde julio de 2009. Como todos los meses, la Secretaría de Trabajo realiza una encuesta entre 3000 empresas y en la última edición -que se respondió los primeros días de septiembre- hubo casi la misma cantidad de empresas que manifestaron que despedirán que las que ampliarán su planta. Como todos los meses, funcionarios del equipo de Jorge Triaca presentan los datos que surgen del Sistema Integrado Previsional Argentino -SIPA-, la serie más completa de trabajo registrado que existe en el país.