EN “LA BRÚJULA DE VIAJES”: DE SAUCE LUNA A DAR DOS VECES LA VUELTA AL MUNDO: LA HISTORIA DE UN EX MARINO
Formó parte de la emblemática Fragata Libertad, una de las embarcaciones más prestigiosas del país. Desde muy pequeño, Néstor Benítez hizo un curso y viajó a varias partes del mundo, aseguró.
Muy pocas personas tienen la posibilidad de darse el privilegio de embarcar en la Fragata Libertad, la emblemática embarcación que año tras año realiza viajes a alrededor del mundo. En la ciudad de Sauce de Luna, una localidad con 5.800 habitantes según datos de las autoridades locales, Néstor Benítez tuvo la posibilidad de viajar hacia ese destino cultural lleno de experiencias. Y lo hizo por duplicado.
El ex marino entrerriano comenzó su travesía cuando apenas tenía 17 años, relató en el programa “La Brújula de viajes”, que se transmite por Elonce: “Tenía 17 años. Varios chicos entraban. En esa época iban a la escuela de mecánica. Veía que volvían y se me dio por rendir y entré a la escuela. El curso que me tocó fue mar –los que estuvieron en la Armada van a entender- y me dio la oportunidad de hacer la vuelta al mundo en la Fragata Libertad”.
La imagen de Maradona en el mundo
Una de las situaciones más increíbles que le tocó vivir fue cuando visitó el continente africano: “Me acuerdo que bajamos, creo que era Argelia, y no éramos Argentina. Nos decían ‘Maradona, Maradona’”.
Encandilado por Roma
“Estuve en Roma y a mí me sorprendió mucho la arquitectura. Me gusta la parte de la construcción. Te preguntas cómo lo hicieron. Pasabas la mano sobre esa columna y era de mármol”, acotó.
La vez que casi quedan detenidos
“Lo llamativo que cuando fuimos a París es que nosotros viajamos con un buzo táctico. Había llevado un cuchillo porque ellos tienen en la Fragata para portar armas. No sé qué pasó porque nos detienen, nos palpan y le encuentran este cuchillo. Pero después en cinco minutos aclararon la situación: ‘No, está bien. Ustedes son Argentina. Él puede portar arma’”.
Las “malas” experiencias con la comida
En la Costa Azul siempre los integrantes de la Fragata Libertad disponían de una comida y de un partido de fútbol. “No quería ir porque prefería ir a conocer o ir a jugar al fútbol, pero llegamos ahí y había una Ferrari que se levantaba las puertas para arriba. Yo en Sauce de Luna que había carros en esa época”. Además, agregó que en esa ocasión le dieron de comer sushi, pero se quedó con ganas de asado y se tuvieron que “volver con hambre”. En Canadá vivió en una situación similar donde “había cubiertos de un lado, cubiertos del otro lado. Nos dieron de comer sopa con manzana rallada”.
Sus mejores recuerdos
“Lo que más me marcó y me gusta es la doctrina militar porque acá me decís ‘a las 10 tenés que estar, 10 menos cinco estoy’. La impuntualidad es una falta de respeto. No lo tolero”. Además, se quedó con Roma como su lugar preferido: “Entramos al Vaticano también, eso es lo que más me sorprendió”.