A raíz del vuelco de un colectivo con estudiantes en el departamento Villaguay, María José Iglesias, de Agmer, señaló que el accidente refleja problemas persistentes con el mantenimiento de los transportes escolares y los caminos.
Un colectivo que trasladaba estudiantes desde Lucas Sud, en el departamento Villaguay, hacia la Escuela Secundaria N° 11 Salustiano Segovia en Lucas Norte volcó a mitad de camino. Afortunadamente, el accidente no tuvo consecuencias graves, ya que los estudiantes solo sufrieron golpes leves debido al impacto del vuelco. Los daños se limitaron a aspectos materiales y, según informó la Policía, no se registraron heridos entre los ocupantes del vehículo.
María José Iglesias, secretaria general de la seccional Villaguay de Agmer, expresó al programa Puro Cuento (Radio Plaza) que la falta de mantenimiento adecuado de los vehículos, que suelen ser adquiridos y reparados localmente, es un problema constante. «No nos sorprende para nada lo que pasó porque las condiciones de los transportes escolares no son las mejores y tampoco los caminos», dijo.
«Esto debería estar controlado por el ente que los contrata, que es el Inaubepro. Generalmente son gente de la localidad. Las unidades de Villaguay las compran en Buenos Aires; las traen y las arreglan a pulmón. Entonces, el mantenimiento es escaso, como para que funcione el día a día», dijo.
Aunque la empresa Inaubepro es responsable de la contratación de estos transportes, la supervisión y los reclamos son gestionados a nivel escolar. «Nosotros lo que hacemos es remitirnos a las supervisiones de las escuelas para que eleven el reclamo. Nunca pasó un accidente de este tipo, donde los gurises y conductor han sufrido heridas. Sí ha pasado que se rompió el transporte y los chicos han quedado a pie. En esos casos las escuelas acomodan sus horarios para que no pierdan clases», aseguró la docente y dirigente gremial.
Finalmente, comentó que también se registró la caída de mampostería en el Colegio Nacional de Villaguay. «En esas aulas transitan miles de gurises. Afortunadamente, en el momento en que cae un pedazo de mampostería los chicos no estaban en el aula. Podía haber sido algo de lamentar», cerró.
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