Soledad Casals, integrante de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra), describió la situación que atraviesa la actividad. La caída de las obras públicas y privadas, más el encarecimiento de los costos de producción impactan de lleno.
El sector ladrillero, históricamente, ha sido postergado y la mayoría de los emprendimientos son familiares dado que fábricas de ladrillos sólo hay en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, contó Soledad Casals, integrante de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra) en la provincia, al caracterizar la actividad.
A través del sindicato, en el marco de la denominada economía popular “con esos emprendimientos familiares hemos logrado poder conformar cooperativas, una federación, poder organizarnos un poco, pero es un sector que ha sido postergado siempre, más que nada porque el ladrillo siempre fue desvalorizado, los trabajadores no reconocidos”, agregó Casals durante una entrevista con el programa Sexto Sentido, que conducen Jorge Ballay y Pablo Lescano por Radio Costa Paraná (88.1).
“La caída de la obra pública, la plata que no alcanza –hasta hacer algo en nuestra casa cuesta mucho– y también la precarización de todos los trabajadores hace que no haya consumo de nada. Entonces, tampoco se puede producir hoy porque no se pueden comprar insumos, todo está terriblemente difícil. Y, la verdad, es que esto es una consecuencia de las decisiones políticas que se han tomado”, opinó.
Los costos de producción, además, “son mucho más elevados que lo que salía antes, y después, asemejar ese costo al precio de venta, digamos que, si ya es desvalorizado, imagínense en este momento”, añadió
Casals, ante esta realidad, sostuvo que el “sindicato está en una etapa de resistencia, como estamos todos los sectores populares y organizados” y “espero que en algún momento pueda cambiar porque estamos atravesando momentos difíciles”.