Vladimir Putin ganó las elecciones presidenciales rusas de forma aplastante este domingo y logró un cuarto mandato que se prolongará hasta 2024. Con la mitad de los votos escrutados, Putin de 65 años, lograba el 75% de los sufragios, informó la Comisión Electoral.
El jefe de Estado superó al candidato comunista Pavel Grudinin, que obtuvo el 13,4% de los votos, al ultranacionalista Vladimir Jirinovski (6,3%) y a la periodista cercana a la oposición liberal, Ksénia Sobtchak (1,4%).
Putin dijo a sus partidarios, reunidos en las inmediaciones del Kremlin, que veía en la victoria «la confianza y la esperanza» del pueblo ruso. «Vamos a trabajar duro, de forma responsable y eficiente», aseguró.
Además «veo el reconocimiento del hecho que muchas cosas han sido realizadas en condiciones muy difíciles», agregó. Durante el actual mandato de Putin los precios del petróleo se desplomaron provocando una sequía de divisas, sumada a las sanciones de Occidente por la anexión rusa de Crimea.
En su discurso Putin volvió a apuntar a Occidente y sostuvo que las acusaciones contra Rusia por el envenenamiento en Londres de un ex doble espía desertor «son mentiras, basura, tonterías»y aseguró que su país «ha destruido todas las armas químicas» de las que disponía, conforme a los tratados internacionales.
Tras el cierre de los últimos colegios electorales en el enclave ruso de Kaliningrado, en el centro de Europa, el primer sondeo del instituto oficial VTSiOM anticipó el triunfo del presidente con el 73,9% de los sufragios, un resultado mucho mejor que el 63,6% obtenido en 2012.
Pero el principal opositor, Alexei Navalni, apartado de las elecciones por una condena judicial, acusó al Kremlin de aumentar artificialmente la movilización rellenando las urnas u organizando el transporte masivo de electores hacia los colegios electorales. «Necesitan participación. El resultado es que la victoria de Putin con más del 70% de los votos se ha decidido de antemano», dijo Navalni a la prensa, asegurando que la participación real era inferior a la de 2012.
La ONG Golos, especializada en la vigilancia de elecciones, ofreció un mapa de los fraudes en su sitio web en el que denunció más de 2700 irregularidades como el relleno de urnas, votos múltiples u obstáculos a la labor de los observadores.
La presidenta de la Comisión Electoral, Ella Pamfilova, consideró sin embargo que las irregularidades comprobadas fueron «relativamente bajas» y añadió que la votación fue transparente. «Está claro que las elecciones no son justas», dijo el comunista Grudinin, citado por la agencia de prensa Interfax. Las autoridades hicieron una campaña masiva de información e incitación al voto, facilitando el voto fuera de las circunscripciones de residencia pero también, según la prensa, presionando a funcionarios o estudiantes para que voten.
Según militantes de la oposición, la policía trasladó electores en autobús hacia los colegios electorales y se distribuyeron cupones de reducción entre los electores.