Las fábricas automotrices empeoraron el año pasado el resultado de 2016, que había marcado el punto más bajo en una década. Esto se dio a pesar de que las ventas en el mercado local fueron casi record. La explicación es el boom de importaciones.
Por Cristian Carrillo
La industria automotriz va de mal en peor. En 2017 se produjeron 472.158 vehículos, un 0,1 por ciento por debajo de 2016, que había sido la cifra más baja en diez años de actividad del sector, según datos difundidos ayer por la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). La caída contrastó con un incremento de 26,9 por ciento en los patentamientos de 0km, de acuerdo con lo informado por las concesionarias (Acara), lo que revela la incidencia cada vez mayor de las unidades importadas en la comercialización local. Según un relevamiento de la consultora Radar, que dirige la ex subsecretaria de Comercio Exterior, Paula Español, la participación de unidades importadas en la torta de ventas locales alcanzó un record de 68 por ciento. En contraposición, la venta de vehículos de fabricación nacional a concesionarias se retrajo en el año 8 por ciento al pasar de 281.659 a 259.008 unidades.
La realidad del sector automotor se encuentra lejos del millón de unidades que planteó como meta el gobierno de Cambiemos para el 2023. De hecho, cada vez se aleja más del promedio de las 800 mil unidades que llegaron a producirse hasta 2015. El máximo se había alcanzado en 2011, con 828.771 unidades, y entonces las empresas del sector se habían marcado como nuevo techo las 900 mil. En los años siguientes la producción pivoteó en las 800.000 unidades, con 764.495 (2012) y 791.007 (2013) y luego se retrajo a 617.329 (2014) y 543.467 (2015). En este último año hubo una fuerte contracción de la demanda ante la incertidumbre preelectoral que erosionó el mercado en el segundo semestre.
Pese a que las ventas lograron repuntar en los últimos dos años, en buena medida por parte de quienes compran un automóvil como una variable de ahorro y gracias a los agresivos planes de facilidades y descuentos que lanzaron las compañías del sector, la industria no logra superar las 500 mil unidades de producción, la mitad del objetivo oficial. 2016 había cerrado con la peor marca en diez años, al contabilizar un total de 472.776 vehículos, un 10 por ciento por debajo de 2015 (543.467). En ese año la venta al público había superado las 700 mil unidades y el saldo también fue cubierto por importados. Este año se vendieron 900.942 automotores y el saldo con lo producido localmente fue de 428.784. Una parte de la producción se exporta (209.587 vehículos este año), con lo que el resto de la demanda local se cubrió con importados. “El boom de las ventas es totalmente explicado por los vehículos importados. La participación en el market share es de 68 por ciento y los patentamientos de nacionales cerraron por debajo de los niveles de 2015 y 2016”, sostuvo la economista que conduce la consultora Radar.
El año pasado la producción sólo logró siete meses en positivo y las bajas fueron más profundas que los períodos de recuperación, por lo que el saldo fue negativo. En diciembre las terminales produjeron 33.280 unidades entre autos y utilitarios, lo que representó una baja de 26,4 por ciento contra las 45.228 que se fabricaron en noviembre y 17 por ciento menos que en igual mes de 2016.
En diciembre además las exportaciones sumaron 18.202 vehículos, lo que representó una caída de 4,8 por ciento contra el mes previo y de 3,2 por ciento interanual. En el año se vendieron en el exterior 209.587 automotores, un 10,3 por ciento por encima de los 190.008 de 2016. “Las exportaciones de diciembre representan un 54,7 por ciento de la producción del mismo mes y un 44,4 por ciento en el acumulado (fabricado)”, detalló Adefa en su informe mensual. La menor participación de Brasil en la torta exportable, con 1749 vehículos que dejó de importar a la Argentina, se quedó con el 68 por ciento de los envíos. La crisis económica en ese país y la caída de las ventas en ese mercado lo alejaron del 80 por ciento de participación que supo tener. Por el contrario, hubo una mejora en los envíos a Centroamérica, que pasó de recibir 2433 vehículos argentinos en 2016 a 17.868 el año pasado.
En el último mes del año las terminales enviaron a sus concesionarias oficiales 90.307 unidades, un 14,8 por ciento por encima del registro de noviembre previo. Cabe aclarar que en enero suele haber un mayor nivel de ventas porque se acumulan los pedidos de diciembre, mes en que el consumidor prefiere no comprar y esperar para patentar el vehículo al año siguiente. Respecto de diciembre del 2016 hubo una mejora de 25,4 por ciento. En el acumulado anual, la comercialización mayorista fue de 883.802 vehículos a la red, un 22,5 por ciento por encima de las 721.411 unidades vendidas en 2016. (pagina12)