El Rojo empató 1-1 con Flamengo en un clima caliente y por el triunfo en la ida levantó la Copa 2017. Como en el ’95 por la final de la Supercopa, llegó a la gloria en el Maracaná y se consagró nuevamente en la Sudamericana luego de 7 años.
Independiente se consagró campeón de la Copa Sudamericana tras igualar 1 a 1 con Flamengo en el Maracaná en el partido de vuelta de la serie final de la Copa Sudamericana y gracias a la victoria 2 a 1 que había logrado en el duelo de ida en el Libertadores de América.
Para el choque decisivo en el Maracaná, Ariel Holan decidió modificar la formación: no apostó a la línea de cinco defensores como se preveía, pero sí reforzó la marca en el medio con el ingreso de Nicolás Domingo por Juan Sánchez Miño. Además, Fernando Amorebieta entró en el fondo por el uruguayo Gastón Silva.
Tal como se esperaba, el elenco brasileño salió desde el arranque a buscar el gol que empardara la serie, pero Independiente, más allá de algunas grietas en el lateral que cuidaba Fabricio Bustos, se plantó firme en su campo y no le dio chances en los primeros minutos.
Sin embargo, el local tuvo la primera a los 13 minutos y fue clarísima: Éverton, que arrancó en posición adelantada no advertida por el asistente, recibió de Felipe Vizeu y ganó la espalda de Bustos, pero perdió en el mano a mano con el gran achique del uruguayo Martín Campaña.
Más allá de algún otro sobresalto, como el que padeció cuando Diego enganchó desde la izquierda hacia el centro y sacó un zurdazo riesgoso que alcanzó a interceptar Fernando Amorebieta, el conjunto de Holan lo tenía controlado ante un rival al que no le sobraban ideas.
Pero a los 29 minutos y luego de un tiro libre desde la derecha, peinó Juan en el corazón del área, tocó Rever en el segundo palo, Nicolás Domingo no pudo rechazar y Lucas Paquetá empujó a la red.
El panorama no era sencillo para Independiente, mucho más cuando perdió por lesión a Martín Benítez (lo reemplazó Lucas Albertengo), pero a los 37 minutos Maximiliano Meza se metió al área por la derecha y cayó cuando lo apareaba el colombiano Gustavo Cuéllar.
El árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó penal. Los jugadores locales se le fueron al humo y exigieron que revisara la maniobra a través del VAR. El juez lo hizo y ratificó su decisión. Lejos de las polémicas, Ezequiel Barco la clavó contra el palo derecho y selló el 1 a 1 con el que se fueron al descanso.
En el complemento, los brasileños salieron con bríos renovados y a los 2 minutos estuvieron cerca que desequilibrar nuevamente: Fernando Amorebieta perdió el balón en el círculo central, Lucas Paquetá levantó vuelo, llegó al área con el venezolano a la rastra y definió con una media vuelta poco ortodoxa que tapó Campaña.
El colombiano Reinaldo Rueda apostó a reforzar el ataque con la salida del peruano Miguel Trauco y el ingreso del juvenil Vinicius Júnior, un pibe de 16 años que ya fue adquirido por Real Madrid.
La búsqueda del local ofrecía espacios para que aprovechara el elenco de Avellaneda. A los 14 minutos Gigliotti robó el balón en su campo, corrió 50 metros a pura potencia y cuando se encontró cara a cara con el arquero César tuvo la lucidez para definir con un toque suave, pero el zaguero Juan salvó a centímetros de la línea de sentencia.
Con el correr de los minutos, el partido se hizo de ida y vuelta y el resultado era una moneda al aire. Las aproximaciones se repetían en las dos áreas, con los brasileños siempre un poco más cerca del segundo.
Un cabezazo apenas desviado de Rever, que a esa altura llevaba ya un rato jugando con una gorra de pileta por una herida en la cabeza, hizo lamentar a la multitud bramante en el Maracaná. Pero el Rojo seguía respondiendo con el buen juego de Meza y Barco, aunque sin precisión en la última puntada.
Los últimos minutos fueron a pura tensión, con golpes, empujones y el balón sobrevolando el área de Independiente. Ya en tiempo agregado y tras una mala salida de Campaña, Rever tuvo la última con el arco desguarnecido, pero su disparo salió desviado. Fue el último suspiro antes del grito de desahogo y la celebración de los jugadores y los hinchas del Rojo.