Guillermo Zampedri, el secretario gremial de la Agmer, remarcó que “hay un malestar muy grande por la situación salarial de los trabajadores” de la educación. El 80% de los docentes, enfatizó, cobra sueldos “por debajo de la línea de la pobreza”.
Desde la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) se informó que la primera jornada de la huelga de 48 horas que llevan a cabo los docentes tuvo “un acatamiento altísimo, superior al 95%”, al tiempo que reclamaron una nueva convocatoria del Gobierno provincial para discutir los salarios sobre la base de las demandas de los sindicatos.
Guillermo Zampedri, el secretario gremial de Agmer, en diálogo con el programa Malos Perdedores, que conducen Exequiel Flesler, Florencia Gómez e Ignacio Koornstra por Radio Costa Paraná (88.1), remarcó que el paro tiene “un acatamiento altísimo, superior al 95%, a lo largo y a lo ancho de nuestra provincia, las escuelas están vacías y los compañeros están parando porque hay un malestar muy grande por la situación salarial de los trabajadores de la educación”.
“Pese al amedrentamiento que plantea el Gobierno provincial y la amenaza de los descuentos de los días de huelga, los compañeros han acatado la decisión tomada colectivamente por nuestra organización, porque estamos en una situación dramática desde el punto de vista salarial”, agregó.
Zampedroi, además, dijo que el gremio espera “ser convocado para que se haga una oferta en función de lo que venimos demandando, que claramente no es lo que anunció el Gobierno que ya fue rechazado en el congreso de San Salvador, en forma contundente, categórica y unánime por los 17 departamentos de nuestra provincia”.
La oferta, subrayó, “no cubre lo que necesitamos los trabajadores de la educación”, y, además, el bono “es inconstitucional, lo hemos dicho y lo volvemos a decir.
Sobre este punto, Zampedri invitó a los ciudadanos a leer “el inciso D del artículo 82 de la Constitución de Entre Ríos que expresa con claridad que el Gobierno no puede pagar montos que no sean remunerativos, es decir, que no se le hagan los descuentos de ley”.
Los trabajadores de la educación, enfatizó el gremialista, “hemos perdido escandalosamente salario en los últimos meses, como consecuencia de las políticas nacionales y de las políticas provinciales. Nosotros, desde febrero, venimos anunciando que la política de bajar la inflación apostando a la recesión y al enfriamiento de la economía, trae una caída dramática del consumo que repercute en los impuestos coparticipables que perjudican a las provincias. Esto lo venimos advirtiendo. Entonces, no aceptamos que desde el Gobierno se diga que ha caído la recaudación, porque nosotros se lo veníamos advirtiendo”.
“Tenemos el 80% de los trabajadores de la educación de nuestra provincia que cobran sueldos por debajo de la línea de la pobreza”, comentó, e insistió en que “necesitamos una oferta que recomponga realmente los salarios y nos saque de esta situación dramática que estamos atravesando”.
Zampedri, por otra parte, remarcó que “todas las decisiones importantes de nuestra organización las tomamos consultando en las escuelas, en asambleas, desde la escuela más chiquitita en la zona rural más alejada de nuestra provincia, a la escuela más grande en Paraná. Todos los compañeros opinan. Luego se hace una asamblea resolutiva en cada una de las seccionales de nuestra organización que fija el mandato para llegar al Congreso, que finalmente es el que resuelve. Entonces, claramente, no es un paro de dirigentes”.
Aclaró, además, que “jamás le hemos hecho paro a los gurises. Nosotros sentimos que los gurises son parte del proceso, son muy importantes, y tienen que estar en la escuela. Lo que pasa es que tenemos un salario de indigencia que castiga a los trabajadores, porque los trabajadores y las trabajadoras de la educación también son padres de gurises, a muchos de los cuales hoy no les alcanza con el magro salario que cobran para alimentar como corresponde a sus hijos. Por eso estamos de huelga, y la huelga es al poder político, no a los compañeros trabajadores ni a los papás. Nosotros entendemos que la huelga muchas veces desordena y por eso genera mal humor. Pero estamos convencidos de que los papás de los gurises que vienen a la escuela pública acompañan al reclamo de los trabajadores de la educación”.
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