Se conoció la letra chica del acuerdo entre el gobierno de Macri y el organismo internacional. Además instan a eliminar aún más los subsidios a energía y transporte.
Mantener impuestos a la soja en un promedio de 25,5%, acelerar la baja de subsidios a la energía y el transporte, reducir el gasto en salarios en el Estado y las transferencias a las provincias. Estas son algunas de las pautas que aparecen en el informe que el staffdel FMI elevó al directorio del organismo el 20 de junio para que este cuerpo decida la aprobación final del crédito.
Este documento se elaboró luego de que concluyeran las conversaciones entre el FMI y los funcionarios del Gobierno argentino en el marco de la negociación por un acuerdos tand-by por US$50.000 millones, que fue confirmado el 7 de junio.
En este informe, que fue difundido hoy, compila el diagnóstico que el equipo del FMI realizó sobre la situación macroeconómica de la Argentina y detalla algunas medidas acordadas que apuntan a la «realineación de la posición fiscal» del país tanto para este año como en el Presupuesto 2019 a fin de llegar a las metas fiscales comprometidas (2,7% en 2018, 1,3% en 2019 y equilibrio fiscal en 2020). No obstante en el Gobierno aseguran que se trata de una serie de medidas de carácter no coercitivo en su totalidad. «La baja de las retenciones se mantendrán como dijo el Presidente», garantizaron en Hacienda a La Nación.
A continuación los principales ejes relevados en el documento oficial.
-Mantener «la tasa promedio de impuestos a la exportación de productos de soja» en 25,5%
-Demorar hasta 2020 la implementación de algunas disposiciones establecidas en la reforma tributaria (la reducción de cargas laborales para los empleadores y la posibilidad de deducir impuesto al cheque del impuesto a las Ganancias)
-Reducir aún más los «subsidios ineficientes a la energía y el transporte».
-Racionalizar el gasto público en bienes y servicios, con una baja del 15% en términos reales y continuando en 2019.
-Recortar el gasto en salarios en el Estado mediante un recorte de «empleados no prioritarios» en 2018 y congelar las contrataciones en el sector público en 2019 y 2020, excluyendo a las universidades.
-Limitar la suba nominal de los salarios del sector público (incluyendo pagos no remunerativos) al 8% entre junio de 2018 y junio de 2019.
-Recortar las transferencias a empresas del estado un 15% en 2019, y realizar esfuerzos para fortalecer su posición financiera.
-Reducir las transferencias a las provincias un 1,2% del PBI en 2019, y asegurar que esa reducción se complete con recortes en los gastos provinciales en bienes, servicios y salarios. De esta manera, se impulsa que la reducción del déficit fiscal se refuerce a nivel provincial.
-Recortar un 0,6% del PBI el gasto en capital, a la espera de que los proyectos en la modalidad PPP (participación público privado) permita mantener el nivel de actividad en la obra pública.
-Vender tierras e inmuebles públicos y amortizar los activos en fondos de pensión (el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de ANSES) para financiar parcialmente el gasto público en antiguos litigios judiciales por jubilaciones.
Según explicaron desde el FMI, estos elementos fueron conversados entre funcionarios del Gobierno y autoridades del organismo como pautas para cumplir con las metas de reducción del déficit. El acuerdo, a su vez, establece que de acuerdo con la evolución del escenario macroeconómico y el cumplimiento de las metas, el Gobierno podría prescindir de algunas de estas medidas.
«Estas medidas están vinculadas a la reducción del gasto y se podría recurrir a ellas en el caso de que el crecimiento del PBI fuera menor al esperado o que algún otro evento pusiera en riesgo el cumplimiento de la meta de déficit primario del 2,7% del PBI en 2018», detalla el documento
En ese informe, a su vez, el equipo del FMI presentó estimaciones que establecen el impacto de la aplicación de estas esperado sobre el déficit fiscal. Según este modelo, la Argentina podría ahorrar un 1,7% de su PBI al reducir, entre otros rubros, las transferencias a provincias y gastos discrecionales (0,5% del PBI), los subsidios al transporte y la energía (0,3%) y el gasto de capital (0,3%).
El modelo, a su vez, proyecta un recorte del 4,2% del PBI en 2019, con impacto en la baja de gastos discrecionales y transferencias a gobiernos provinciales (1,2% del PBI), reducción de subsidios (0,7% del PBI), el gasto de capital (0,6% del PBI) y la venta de terrenos estatales y la amortización de los activos del FGS de la Anses (0,6% del PBI).