Así lo señaló la Defensoría de la Tercera Edad. Los tarifazos y la escalada inflacionaria demuestran así que la reforma previsional afectó negativamente a los jubilados.
La canasta básica de los jubilados subió más de un 10% en los primeros tres meses del año, y totaliza así $19.290,35por persona, según el estudio realizado por la Defensoría de la Tercera Edad.
De esta forma, un solo adulto mayor debería ganar el equivalente a 2,5 ingresos mínimos para cubrir sus necesidades de alimentos, medicamentos, transporte, vivienda e indumentaria, entre otros.
Según el informe realizado por el organismo que dirige Eugenio Semino, los jubilados gastan un 30% de sus ingresos en vivienda, un 20% en medicamentos y un 21% en alimentos entre los gastos más importantes.
Entre diciembre del año pasado y comienzos del corriente mes, precisa el estudio, la canasta básica se incrementó un 10,08%, superior a la inflación registrada por el IPC del Indec para ese cuatrimestre, que fue de 9,9%.
La disparada inflacionaria por la suba del dólar y las tarifas en servicios públicos vuelve a confirmar lo que se preveía: que el cambio de fórmula de movilidad de la reforma previsional terminó perjudicando a los haberes de la clase pasiva.
En marzo, los jubilados recibieron un 5,71% de aumento, en tanto que en junio alcanzará un 5,66%, por lo que el acumulado para el primer semestre -en dos cuotas- será de 11,7%. Solo entre diciembre y abril el aumento casi iguala esa cifra y aún restan los datos de abril y mayo, que prometen ser elevados.
Así, la jubilación mínima de $7.660,42 apenas cubre el 39,7% de la canasta básica. Se precisan 2,5 veces el ingreso mínimo para que los jubilados tengan una vida digna. (El Destape)