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Un paso adelante en el tiempo

Cuatro organizaciones estudian la viabilidad de nuevas chacras en Entre Ríos

Lanzarán el 22 de abril la «encuesta del vivir bien», para conocer las expectativas de comunidades urbanas y rurales.

Cuatro agrupaciones sin fines de lucro acordaron realizar estudios para conocer las expectativas en zonas urbanas y rurales en torno de la vida en armonía con la naturaleza. Se proponen entender mejor la situación de hacinamiento de muchos entrerrianos, y tantear mediante el diálogo las posibilidades de producir alimentos sanos y promover chacras biológicas comunitarias.

La llamada «encuesta del vivir bien y bello y el buen convivir» fue explicada en un documento que las organizaciones redactaron luego de meses de intercambios y debates. Será desarrollada por el Colectivo Trabajadores Por la Ventana, el Grupo de Reflexión Ambiental Mingaché, la Junta Abya yala por los Pueblos Libres, y el Programa Por Una Nueva Economía, Humana y Sustentable de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER.

La iniciativa involucra a estudiantes, docentes, ecologistas, dirigentes sociales, artistas, periodistas, investigadores, cooperativistas, de distintas ciudades de Entre Ríos como Gualeguaychú, Concepción del Uruguay, Paraná, Larroque, Rosario del Tala, Puerto Ruiz, y también estudiosos de Santa Fe y Rosario, todos en sintonía con la recuperación de los saberes de los pueblos antiguos del continente y la revalorización de la ecología, la historia, el artiguismo y las luchas por la emancipación.

Chacras comunitarias

La encuesta –dicen los organizadores– «se propone tomar conciencia de la distancia actual entre el ser humano, la naturaleza y el cultivo de los alimentos, con vistas a propiciar caminos para el reencuentro, y descolonizarnos. También busca observar las demandas de diversas formas de relación con la tierra. Permitirá alentar estudios, reunir conocimientos dispersos, difundir el estado de cosas y, una vez concluida la consulta, presentar el panorama para que los pueblos recuperen vínculos con su entorno y decidan con autonomía los pasos a seguir».

Para evitar malos entendidos los centros de estudio aclaran en su documento: «No es lo nuestro repartir tierras sino conocer experiencias sociales y de la agricultura, y difundirlas; analizar las derivaciones de esa distancia notable entre lo urbano y lo campesino, y estimular el amor a la Pachamama (madre tierra en equilibrio), la sintonía del ser humano en el paisaje y la producción de alimentos como un hábito en la solidaridad, bajo el principio de mínima invasión».

«Con la determinación de no dar recetas, sino de crear puentes y abrir caminos tal vez clausurados, somos cuidadosos de la autonomía de las comunidades para darse sus propios modos y relaciones. Por eso entendemos a la chacra en un sentido amplio como un conjunto de situaciones, relaciones y actividades vinculadas a la relación hombre/tierra en forma armónica, integral, con particular inclinación en este caso a la producción de los alimentos y acento en la salud y la diversidad se lee en el documento que anuncia la encuesta. Y sigue: «Biológica, alude a la producción orgánica, no sostenida en pesticidas ni transgénicos, y sobre una base de respeto al suelo y la biodiversidad. Y comunitaria porque esta iniciativa promueve el uso sustentable de las riquezas y en grupo, con criterios solidarios, de cooperación, y con respeto a la soberanía particular de los pueblos, es decir: esos modos propios del relacionamiento, contra las fórmulas niveladoras de las diferencias, impuestas por el colonialismo».

En los barrios

La encuesta anunciada será de tipo exploratoria y «permitirá conocer problemas de los barrios hacinados, bajo la luz del antiguo contacto de esas comunidades con la producción y el amor a la naturaleza, de donde fueron expulsadas, con la intención de descubrir caminos de retorno a la vida plena desde la infancia».

La encuesta del vivir bien y bello y el buen convivir será desarrollada desde el 22 de abril en homenaje al Día internacional de la Madre Tierra, hasta el 10 de setiembre en memoria del revolucionario Reglamento de Tierras de Artigas.

«Será un mapeo de conocimientos y expectativas de familias que aspiren a vivir en relación armónica con el resto de la naturaleza, lo cual incluye la producción de alimentos sanos, diversos y en cercanía, la elaboración de esos alimentos, y el despliegue de actividades en base a la filosofía del vivir bien. Se anotarán facilidades y obstáculos, y puntos vinculados a la organización, la tenencia de la tierra, el consumo de los alimentos, la comercialización, la salud, la conciencia solidaria, por ejemplo».

Los distraídos

Para los asambleístas, la situación de desarraigo y expulsión no es nueva en la región. «Son incontables los llamados de atención de historiadores, economistas, agraristas, políticos, artistas, docentes, periodistas, sindicalistas, cooperativistas, sociólogos, a lo largo de dos siglos como mínimo, y más aún los testimonios de campesinos, en torno de los daños del sistema sobre las comunidades, muchas de ellas literalmente destruidas por la expulsión, el desmonte y la concentración de las riquezas en pocas manos.

Adioses, taperas y nostalgias por la comunidad perdida marcan el cancionero regional y la literatura. ‘Paraná, enferma del mismo mal que todo Entre Ríos, no sabe retener a sus hijos. Los entrerrianos emigran’, escribía Arturo Capdevila hace ya 80 años.

La energía puesta por decenas de asambleas ecologistas en estas dos décadas colabora con la comprensión. También sabemos que la conciencia contra el extractivismo, la contaminación y la puesta en peligro de la salud y el ambiente no puede estancarse en el rechazo o el repudio a las nuevas embestidas del sistema, sino que requiere de una puesta en cuestión del sistema mismo.

De lo contrario nos quedaremos llorando o en el mejor de los casos enfrentando los efectos, con dificultades crecientes para cubrir todos los flancos.

Los habitantes del litoral argentino ya no nos podemos hacer los distraídos ante la expulsión porque los resultados hieren los oídos y los ojos».

Compromisos

Tras una serie de puntos en los que diagnostican la situación actual y enumeran los propósitos del estudio, los miembros de los cuatro centros culturales explican que todas las actividades de estas organizaciones son gratuitas, sin excepción, «tanto los encuentros de concientización como la encuesta en sí, las gestiones y la difusión del proyecto».

Luego remarcan que los resultados de la encuesta «ayudarán a diagnosticar el estado de cosas con mayor amplitud, y promover un cambio profundo en la concepción del humano en relación con la Pachamama. Y servirán para la organización de las comunidades con fines propios, autónomos. Convencidos de que el conocimiento colaborará con la emancipación».